El pasado miércoles 31 de Mayo los alumnos de primaria del colegio CRA Ademuz visitaron el “Parque Natural Puebla de San Miguel” para conocer de la mano de su educadora ambiental un poco más sobre esta joya de nuestra comarca, y aprender como se realiza la calificación de árboles monumentales en la Comunidad Valenciana.
Durante la excursión, el técnico encargado de velar por la seguridad de los más de 2.000 árboles catalogados en la Comunidad Valenciana, 200 de los cuales se encuentran en el Parque Natural, explicó a los chavales las condiciones por las cuales un árbol puede ser calificado como monumental, cumpliendo cualquiera de los siguientes requisitos.
- 350 años de edad.
- 30 metros de altura.
- 25 metros de diámetro de copa.
- 6 metros de perímetro de tronco a la altura de 1’30 metros de la base.
En el año 2006 se aprobó la Ley de Patrimonio Arbóreo Monumental de la Comunitat Valenciana, cuyo objeto es garantizar la protección, conservación, difusión, fomento, investigación y acrecentamiento del patrimonio arbóreo monumental de la Comunitat Valenciana, que podemos consultar en el siguiente enlace (https://agroambient.gva.es/documents/170053765/171092805/LEY+4-2006%2
El Parque Natural tiene una de las mayores concentraciones de sabinas albares (Juniperus Thurifera) monumentales de toda la península ibérica, y muy posiblemente del mundo. Es un árbol autóctono, que abarca la parte más continental de los Alpes franceses e italianos, comarcas interiores del centro y el este de la península ibérica, algunas montañas de Córcega y el norte de África. Esta distribución sugiere un carácter relíctico, restos de una distribución más amplia en tiempos geológicos pasados. Árbol siempreverde, muy longevo, de crecimiento muy lento, capaz de sufrir sequías extremas y temperaturas gélidas, adaptado a las peores condiciones climáticas y falta de suelo hinchando sus raíces, donde cabalmente, no se instalaría ninguno de los árboles que crecen en la península ibérica. Su formación suele ser irregular, con ramas retorcidas que se van rompiendo por causa de los constantes rayos y nevadas, su madera es imputrescible, aromática, incluso pueden observarse tocones en la construcción del poblado íbero de La Celadilla (Ademuz) que llevan enterrados más de 2.000 años en perfectas condiciones. Forma paisajes esteparios, abiertos, ricos en plantas aromáticas y pastos para el ganado, sus ramas se cortan en otoño para asegurar alimento del ganado durante el duro invierno, pues aguantan verdes durante mucho tiempo. Vigías de un tiempo antiguo, soldados del paisaje, alguna de las cuales se acerca a los mil años de edad, como las del paraje de “Las Blancas”, muchas asemejan figuras humanas, cada una con su silueta, ninguna es igual a otra. En definitiva, una joya de nuestro patrimonio, que si aún no conoces, no sé a qué estás esperando.
Pero no solo hay sabinas catalogadas, destaca por su tamaño y belleza un pino albar (Pinus sylvestris), “Pino de las Tres Garras” o “Pino Vicente”, llamado así cuenta la leyenda, porque el forestal Don Vicente Tortajada, dijo que: “Ese pino no se había de cortar”. También destaca la encina (Quercus ilex) “Carrasca del Coronel”, muy próxima al centro de interpretación del parque, majestuosa, enorme y fácil de visitar, el pino laricio o salgareño (Pinus nigra) “Pino de La Majadica”, del cual se extraía la tea, también llamado oro de montaña, con la que nuestros antepasados alumbraban las eternas noches del invierno ancestral.
En este enlace podrás conocer todos los árboles monumentales catalogados en el interior del parque, aunque cada año se descubran más y la lista no pare de crecer. Existen más árboles catalogados en el Rincón de Ademuz, de gran variedad de especies, siendo una de las comarcas valencianas que más aporta en calidad y cantidad al mencionado catálogo, que pueden observar en este enlace.
A parte de los árboles monumentales, el parque natural tiene multitud de características que lo hacen especial, desatacando sobre todas ellas la vegetación de alta montaña caracterizada por los escobares de sabina rastrera (Juniperus sabina), capaces de aguantar bajo los ventisqueros invernales formando una cueva bajo sus hojas que las aíslan del exterior. Otra de las formaciones vegetales a destacar es la microreserva de tejos (Taxus Baccata) en el “Barranco de la Cañada de Jorge”, otro árbol relicto, muy longevo, de madera maleable y con gran capacidad de curvarse, apreciado entre los arqueros ingleses del medievo para fabricar sus armas. Destacamos a su vez el robledal de quejigos (Quercus faginea) en el “Paraje de Las Cañadillas”, que podremos observar a ambos lados de la carretera entre Mas del olmo y La Puebla, árbol marcescente y con necesidades de humedad y condiciones climáticas estables, difícil de encontrar en paisajes tan secos como en el que nos encontramos. Por último destacar la orografía, con altas cimas y barrancos insondables, paisaje rudo e inhóspito, que se ha podido conservar debido a las condiciones de aislamiento y baja presión del ser humano.
Entre la fauna destacan especies de aves como el águila real (Aquila chrysaetos) y el buitre leonado (Gyps fulvus), y multitud de mamíferos como el ciervo (Cervus elaphus), cabra montés (Capra Pyrenaica) y corzo (Capreolus capreolus), que servirán de alimento, sin duda, ante la aparición inminente del rey del bosque, el lobo (Canis lupus), que pronto aullará a la luna en nuestras montañas.
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