Nuestra comarca contiene 13 microrreservas de flora del total de las 312 que se distribuyen a lo largo y ancho de la geografía valenciana. Las 13 microrreservas engloban una superficie total de 76 hectáreas, que sin ser una extensión destacable, albergan ecosistemas, especies, o ejemplares vegetales de un enorme valor ecológico, que debemos conocer, apreciar, proteger y conservar.
La creación de la red de MRF nace de un proyecto del Servicio de Vida Silvestre (SVS) apoyado por la Comisión Europea a través del programa LIFE en la década de 1990, y tras el desarrollo de trabajos preliminares (elección y caracterización de zonas, perimetrado, preseñalización, etc.), inició su andadura con la declaración de las primeras microrreservas en diciembre de 1998 en la provincia de Castellón con la aprobación del Decreto 218/1994, basándose en la evidencia biológica de que la mayoría de las especies raras y endémicas, a menudo amenazadas, tienden a estar ubicadas en microhábitats, sitios de pequeña extensión que usualmente tienen características diferentes de las de su entorno macrogeográfico. En total la red alberga 1.943 especies vegetales, lo que implica que el 56% de toda la flora regional, y considerando sólo las especies nativas, ese porcentaje asciende al 67%.
Una microrreserva es un área menor de 20 hectáreas, declarada mediante Orden de la Conselleria de Medio Ambiente, a propuesta propia en aquellos terrenos en los que tiene plena capacidad de uso (propiedad del Estado, de la Generalitat o de otras entidades públicas adscritos al Catálogo de Montes de Utilidad Pública), o a propuesta de los propietarios del terreno, debiendo acreditar su interés científico, a fin de favorecer la conservación de las especies botánicas raras, endémicas o amenazadas, o las unidades de vegetación que la contienen, pudiendo acogerse a subvenciones por su creación y por el desarrollo de actividades de conservación.
Las MRF ayudan significativamente a proteger aquellos sitios pequeños que, debido a su escasa superficie o su ubicación, serían difíciles de cubrir por figuras más complejas como los Parques Naturales. La primera de dichas MRF fue la Illa Ferrera, en el archipiélago de las islas Columbretes. La red valenciana de MRF se considera como la más densa a nivel mundial, que abarcan una superficie de 2.441 has. La Generalitat Valenciana fue pionera a nivel mundial al crear esta figura de conservación, que gracias al apoyo del programa LIFE se ha exportado a otras regiones y países como Chipre, Grecia, Eslovenia o Bulgaria, creándose además figuras legales específicas en Letonia. En España las microrreservas figuran en las normas legales para conservación de la naturaleza de Baleares, Castilla-La Mancha y Castilla y León.
Se puede declarar una microrreserva con los siguientes fines:
- Dotar de mayor grado de protección a parcelas experimentales de investigación botánica o forestal.
- Conservar las “localidades clásicas botánicas”, sitios donde por primera vez fueron descubiertas para la ciencia nuevas especies.
- Favorecer la conservación de los sustratos sobre los que crece la vegetación.
- Preservar inventarios sobresalientes de unidades de vegetación protegidos por la Directiva de Hábitats de la Unión Europea.
- Conservar árboles monumentales o singulares, así como árboles-élite destinados a la investigación forestal.
- Preservar recorridos botánicos didácticos y rutas ecológicas para la docencia.
- Facilitar las reintroducciones o reforzamientos poblacionales de plantas amenazadas o en peligro de extinción.
Se encuentran protegidas las plantas y el suelo sobre el que crecen, pero no necesariamente la fauna, no implica limitaciones para el desarrollo de la caza. No obstante, pueden establecerse medidas para proteger aquellas especies de animales (especialmente insectos) que resultan necesarios para la supervivencia de las plantas, al garantizar la polinización de las flores, dispersión de las semillas, etc…
Las 13 microrreservas de flora del Rincón de Ademuz se resumen en el siguiente cuadro, con el enlace de su declaración, descripción y ubicación.
Nombre | Municipio | Gestión | Superficie (Ha) | Año de declaración |
Alto de las Barracas | Puebla de San Miguel | GV | 4,026 | 1999 |
Barranco de la Cañada Jorge | Puebla de San Miguel | GV | 11,870 | 2000 |
Barranco de la Hoz | Puebla de San Miguel | GV | 18,940 | 2003 |
Barranco del Saladillo | Puebla de San Miguel | GV | 16,200 | 2013 |
Cueva del Frontón | Castielfabib | PR1-GV | 0,670 | 2002 |
El Rodeno | Castielfabib | GV | 2,600 | 1999 |
La Cruz de los Tres Reinos | Castielfabib | GV | 3,430 | 1999 |
Las Blancas | Puebla de San Miguel | GV | 5,680 | 2002 |
Los Tajos | Puebla de San Miguel | GV | 3,720 | 2003 |
Molino de Papel | Castielfabib | PR2-GV | 0,090 | 2006 |
Pino de Vicente Tortajada | Puebla de San Miguel | GV | 2,200 | 2006 |
Río Bohílgues | Ademuz | GV | 3,980 | 2000 |
Río Ebrón | Castielfabib | PR1-GV | 2,440 | 2000 |
*GV: Gestión directa de la Generalitat Valenciana: Propiedad de la Generalitat, Montes del Catálogo de Utilidad Pública, Patrimonio del Estado, Límite Marítimo-Terrestre y Dominio Público Hidráulico.
*PR: Microrreservas sin gestión directa de la Generalitat (Modelo privado: Propiedad privada y Propiedad municipal no adscrita al Catálogo de Montes de Utilidad Pública).
*PR1: de Ayuntamientos; PR2: de entidades privadas; PR3: de personas físicas/familias.
*PR1-GV, PR2-GV, PR3-GV: De gestión mixta, combinación del modelo público y privado.
Alto de Las Barracas:
Presenta la particularidad de estar situada en el punto más elevado de la Comunidad Valenciana, con una altitud entre los 1790 y 1835 msnm. Nos encontramos en el piso oromediterráneo, pudiendo observar formaciones de brezales alpinos o boreales, muy escasos en el territorio valenciano, dominadas por Juniperus sabina, y en las que se pueden encontrar hasta 95 especies endémicas o raras en la flora valenciana.
Barranco de la Cañada Jorge:
Las condiciones de humedad y la altitud posibilitan la presencia de algunas especies muy relevantes desde el punto de vista conservacionista, que han encontrado refugio en este enclave. Hace de este barranco una localidad botánica de primer orden, con especies tan interesantes como Taxus baccata, Rhamnus alpinus o Ribes uva-crispa, a las que se puede sumar una larga lista de 123 especies, algunas propias de la alta montaña.
Barranco de la Hoz:
Es uno de los más extraordinarios desde el punto de vista botánico de todo el territorio valenciano con 212 especies de flora vascular. Sumado a la particularidad de ser un barranco estrecho y con paredes rocosas altas, da unas condiciones de humedad que posibilitan la presencia de algunas especies inexistentes o que son muy raras fuera de este ambiente.
Barranco del Saladillo:
Con una altitud entre los 1600 y 1700 msnm, es un buen ejemplo de vegetación oromediterránea, caracterizadas por la presencia de la sabina rastrera (Juniperus sabina), a la que acompañan otras 134 especies. Se puede observar también una gran riqueza de especies de tamaño más reducido, sobre todo de caméfitos y de hemicriptófitos, características de la flora de alta montaña continental y xérica.
Cueva del frontón:
El valor botánico de esta microrreserva es la presencia de una población de Phyllitis scolopendrium, que crece en el interior de una cavidad poco profunda aprovechando las condiciones de humedad favorables que ofrece este lugar, muy diferentes al ombroclima seco imperante en el exterior. Los ejemplares se encuentran colonizando densamente el espacio disponible y presentan un buen estado de conservación, con frondas grandes y vigorosas.
El Rodeno:
En esta microrreserva se puede encontrar un buen ejemplo de vegetación silicícola (pH < 7) en el piso supramediterráneo, presentando un buen estado de conservación con sus 49 especies.
La Cruz de los Tres Reinos:
Situada en el límite donde confluyen las provincias de Valencia, Teruel y Cuenca, que equivalen a los tres reinos a los que alude el topónimo, según cuenta la leyenda, era en este punto donde se reunían para discutir sobre asuntos de la corona. La microrreserva representa un buen ejemplo de vegetación típica de zonas de la alta montaña mediterránea, con 145 especies, entre las que destaca especialmente Thymus borgiae, una de les escasas poblaciones valencianas que se conocen. También se ha detectado la especie Arceuthobium oxycedri, planta parásita de especies de la familia de las cupresáceas, que está afectando de manera importante a los enebros (Juniperus communis) en algunas zonas elevadas de la comarca del Rincón de Ademuz, donde se ha producido la muerte de muchos de los ejemplares.
Las Blancas:
Conjunto de ejemplares monumentales de sabina albar (Juniperus thurifera) a los que se les calcula una edad de varios cientos de años, junto con otras 161 especies de flora rara, o endémica . A pesar de su edad, el estado vegetativo que se observa es bueno y no hay señales que hagan peligrar su continuidad. Al igual que en la MRF descrita anteriormente, se observa la presencia de Arceuthobium oxycedri está afectando de manera importante a los enebros.
Los Tajos:
Esta microrreserva se declaró en 2003 con el nombre de Barranco Jiménez y en la modificación publicada en 2014 se cambió a la denominación actual Los Tajos, más ajustada a la toponimia local. Representa un tramo de barranco con unas condiciones de humedad que dan entrada a varias especies raras en el contexto general de la comarca del Rincón de Ademuz, tales como el tejo (Taxus baccata).
Molino de Papel:
Se encuentra junto al río Ebrón y está constituida por dos polígonos que corresponden a dos antiguos campos, que actualmente presentan una vegetación exigente en humedad edáfica, con 15 especies consideradas raras en la flora valenciana, entre las que se encuentran las orquídeas Cephalanthera damasonium y Cephalanthera rubra o la especie protegida Epipactis phyllanthes.
Pino de Vicente Tortajada:
La particularidad de esta microrreserva es la presencia de un ejemplar monumental de pino albar (Pinus sylvestris), al que se le calcula una edad de unos 250 años, conocido entre los vecinos de Puebla de San Miguel con el nombre de Pino de las tres Garras por los tres troncos que presenta, aunque es más conocido actualmente por el nombre Pino Vicente o Pino de Vicente Tortajada, en recuerdo y homenaje al guarda forestal Vicente Tortajada (1937-2003), que fue el responsable de evitar que fuera talado en un aprovechamiento maderero durante los años 60 del siglo pasado. Además, se pueden observar 18 endemismos y especies consideradas raras en la flora valenciana.
Río Bohilgues:
El uso agrícola que se ha hecho históricamente de las zonas próximas al río, con algunos cultivos de huerta que llegan en algunos puntos hasta la misma orilla del río, han motivado que la zona de dominio público hidráulico sea una franja muy estrecha. Por otra parte, la plantación en el pasado de ejemplares de chopo (Populus nigra) ha contribuido, junto con el uso agrícola de la zona, a que actualmente se observen comunidades riparias fragmentadas. Sin embargo, esta microrreserva constituye un buen ejemplo de río bien conservado por la calidad del agua y por la riqueza de la flora que se puede observar.
Río Ebrón:
Junto con el del Río Bohílgues, se caracteriza por la buena calidad del agua y por la presencia de tramos de bosque de ribera bien conservados, además de la riqueza de la flora que se puede observar, con 18 especies raras en el contexto de la comarca como el avellano (Corylus avellana), o la especie protegida Epipactis phyllanthes.
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